Entrevista a Estela Giménez, campeona olímpica en Atlanta 96

Estela Giménez Cid es una exgimnasta rítmica española bicampeona del mundo y campeona en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 en la modalidad de conjuntos. Con 17 años fue integrante del conjunto apodado “las Niñas de Oro” formado por Marta Baldó, Tania Lamarca, Nuria Cabanillas, Lorena Guréndez y Estíbaliz Martínez. Aquí os dejamos esta pequeña entrevista:

P: ¿Cómo fue tu experiencia olímpica? Es decir: ¿cuáles fueron tus pensamientos y sentimientos cuando supiste que ibas a ir a los Juegos, la impresión que te dieron en un primer momento, cómo lo viviste y cómo lo recuerdas ahora?

R: Mi experiencia olímpica, como cualquier otro deportista, fue única y especial. Nunca me paré a pensar que iba a unos Juegos Olímpicos, es decir, cuando me incorporé al equipo nacional en 1994 los campeonatos eran clasificatorios para poder participar en las olimpiadas. Fue algo mucho más espaciado en el tiempo, no era una noticia que te dicen de sopetón y que el conjunto podía acudir a dicha competición. Vivir una olimpiada es una gran experiencia a nivel profesional y personal. Es verdad que con el paso del tiempo me hubiese gustado disfrutar más la Villa Olímpica, relacionarme con más compañeros deportistas, etc… Pero al ser menores teníamos ciertas normas y vigilancia, entendible por otra parte. A día de hoy sigo recordando ese momento con una gran sonrisa.

P: ¿Cómo ves al equipo nacional para los Juegos de Río? ¿Qué cambios has visto en la rítmica? Si haces un balance de estos últimos años (96 a 2016) ¿ha cambiado el nivel, el tipo de gimnasta que se exige, la competición…? ¿Cómo ves el futuro de la rítmica: tanto en general como en particular, en el caso de España?

R: La gimnasia en estos momentos ha evolucionado muchísimo y muy positivamente. Las gimnastas son más mayores, tienen su disciplina de entrenamiento pero con tiempo para tener una vida fuera del gimnasio, terminar una carrera, disfrutar de los amigos, tener pareja… Al ser mayores de edad se vive de otra forma, ni mejor ni peor sino acorde con la edad, la exigencia, la responsabilidad y la posibilidad de desconectar unas horas del deporte. Me hubiese encantado experimentarlo pero sinceramente, con la técnica que se exige ahora en nuestro deporte, igual mejor me quedo en mi época. No sabría decirte el futuro de la rítmica en España, lo que sí sé es que sigue habiendo niñas y una buena cantera para que la gimnasia española permanezca como un referente. Aunque es muy importante no descuidar el trabajo técnico.

P: ¿Cuáles son tus proyectos ahora, en qué trabajas? Si en algún momento de tu vida te pusiste una meta, un objetivo al que quisiste llegar ¿lo has conseguido, llegaste a donde te propusiste? ¿Cómo han sido los años post-Atlanta? ¿Cómo ha cambiado tu vida, y tú con ella?

R: En la actualidad trabajo organizando eventos. No soy una persona de metas sino que voy viviendo, experimentando, hago y deshago un poco a mi antojo. Los años después de la retirada son raros, complicados, incluso alocados. Hasta que te estabilizas y poco a poco tomas rumbo, de manera más serena, para buscarte la vida. La gimnasia más que cambiarme me ha aportado disciplina y experiencia, igual que la vida y el día a día. Debido a eso cambias para encontrar la felicidad. Y en estos momentos soy feliz, aunque todo es mejorable.

P: ¿Cómo era tu relación con María Fernández Ostolaza y Emilia Boneva? A día de hoy ¿qué relación tienes con ellas? ¿Cómo has vivido el declive de la rítmica tras la dimisión de María Fernández?

R: Mi relación con las entrenadoras siempre ha sido de amor-odio, he sido muy rebelde y a la vez me encantaba competir. Con María la relación fue buena hasta que me retiré, no sentí su apoyo y me distancié. Han pasado muchos años y ya no tengo trato con ella pero si me la encuentro, aunque por supuesto que me haría ilusión [verla] y me sentaría a hablar con ella, claro que sí. Con Emilia es distinto, “Emi” como la llamamos, ha sido también nuestra madre y ese sentimiento sigue estando y lo engloba todo. Respecto al declive de la rítmica tampoco lo veo como un declive, es más bien que todo evoluciona y hay más competencia, ya no solo en España sino en el resto de países y poco a poco cada uno busca su lugar demostrando el trabajo bien hecho.

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